Por: Edith Gómez*, editora en Gananci
¿Conoces a los millenials? Sí, esos jóvenes que tienen una perspectiva un poco diferente de la vida… Y es que ahora se hace normal que una persona le dé vida a su idea de negocio una vez sale de la universidad –o incluso antes– para convertirse en emprendedor.
Pero el comienzo de este camino puede ser un poco espinoso. Acudir a créditos puede ser una alternativa factible si se tiene buena cabeza en lo que respecta a la administración.
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“Tenemos que quitarnos la idea de la cabeza de que la deuda es mala. Es una responsabilidad fuerte, tienes que entender bien tus flujos. Si sabes perfectamente qué vas a necesitar y cuándo, es una muy buena ayuda”, afirma contundentemente Daniela Barroso, directora de Banca Patrimonial de Finmex.
Hagamos un stop aquí y veamos las diferencias entre crédito y capital:
- El crédito se otorga y se debe regresar (con intereses), por lo tanto es una deuda. Se debe establecer un respaldo del crédito otorgado (propios activos), satisface una necesidad de negocio real y es una deuda que se contrae en un momento determinado.
- Por otro lado, el capital se aporta pero no tiene regreso (no es una deuda). Los fondos son siempre invasivos. Al igual que el crédito satisface una necesidad real y requiere de un respaldo (en este caso el emprendedor debe presentar el plan de negocio de su empresa) y se otorga en un momento determinado.
“Con el capital, los emprendedores deben tener claro que lo que están buscando es un socio y no simplemente dinero”, clarifica Daniela.
Cabe destacar que una de las desventajas del crédito es que si no se cancela bajo los lineamientos establecidos, entonces este se deberá liquidar haciendo uso del respaldo o garantía, y en caso de no cubrir la cuota solicitada es posible que se termine prestando servicio a la institución a la cual se solicitó el crédito, de ahí la importancia de tener una buena planificación.
Siguiendo la línea de desventajas, el capital se refiere a otorgar un porcentaje de tu empresa, por lo que se abre la posibilidad de perder cierto control sobre esta.
(Lee: Cinco errores que los emprendedores no pueden cometer con las finanzas de su negocio)
Finmex, es una entidad financiera, parte de un grupo de empresas con amplia experiencia en el ámbito financiero en México. Sus productos y servicios están dirigidos a emprendedores, pequeños y medianos empresarios, con proyectos viables y que necesiten emprender o impulsar su negocio. Esta acaba de realizar con éxito una asociación con la Asociación Mexicana de Capital privado (Amexcap), para crear conciencia de que el crédito y el capital no están peleados.
“La deuda sana te ayuda a tomar oportunidades muy buenas de negocio”, afirma Barroso.
Según Finmex, estos son los 11 errores más comunes con los que se lían los emprendedores:
1. Déficit de liquidez. En los primeros pasos del emprendimiento se planifica con mucho optimismo esperando ingresos irrealistas.
2. Incorrecta planeación del presupuesto. Suele ocurrir que el plan financiero se realiza de forma incorrecta ya que no se tienen en mente las necesidades que van o pueden surgir a mediano plazo.
3. Costos fijos elevados. El outsourcing como práctica empresarial ha facilitado la contratación de servicios de forma externa, pero es importante destacar que esta práctica se debe realizar en áreas secundarías, y no en el núcleo del negocio. De otra forma, podría comprometer la calidad de los servicios y/o productos.
4. No reinvertir en el negocio. En este punto es cuando muchos emprendedores se vuelven “tacaños”, al ser muy prudentes cuando se trata de inversión. Este error puede ser fatal, incluso puede resultar en el fracaso del negocio. Por ello, es conveniente planificar adecuadamente y con anticipación las necesidades de inversión.
5. Contraer mucha deuda. Aproximadamente el 50% de los emprendedores financian la totalidad del negocio con dinero propio. Esto puede provocar el ahogo de empresas por falta de clientes, una discordancia entre los ingresos y el pago de pasivos.
6. Ser muy optimista en los ingresos. Cuando se da riendas a un negocio muchas veces se esperan ingresos que no van acorde con la realidad, sobre todo desatendiendo al tiempo de retorno.
7. Servir a los morosos. Toparse con clientes desagradables – o con alto índice de demora – puede aniquilar tu negocio.
8. No saber diferenciar entre las finanzas personales y las del negocio. Suele ocurrir que de poco a poco se va retirando fondos que pertenecen al negocio para cubrir compras personales.
9. No ahorrar nada de utilidades. Cuando el negocio comienza a dar números positivos el emprendedor suele cometer dos errores: gastarse todos los recursos o reinvertir sin una planificación.
10. No asignarte un sueldo. Suele ocurrir que por ser el propietario de la empresa no te asignas un sueldo sino que vas “tomando según necesitas”. Esto es un grave error, ya que se pierde el control y puede influir negativamente sobre el flujo de caja.
11. Tener carencia en cuanto a métodos de pago. Lo ideal es presentar un abanico de alternativas de métodos de pago para facilitar el proceso de compra a los diferentes tipos de clientes. Esto aumenta las posibilidades de fidelizar un cliente.
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