Hablamos con Cristóbal Perdomo, cofundador y socio de Jaguar Ventures; un fondo de capital de riesgo enfocado en emprendimientos emergentes latinoamericanos dirigidos a Internet y desde donde destacan que no invierten en ideas, ni planes de negocio, sino en personas. Para ellos es importante ponerse del lado del emprendedor, por lo que es de suma importancia transmitirles qué hicieron bien y qué hicieron mal.
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En Groupalia, su primer emprendimiento, les pasó lo mismo: levantaron demasiado dinero con capital para cubrir los problemas. No se obligaron a ser dinámicos y buscar soluciones.
“Si hubiéramos tenido menos dinero, hubiéramos sido mucho más dinámicos. Así, hay más aprendizaje en saber qué es lo que no debes volver a hacer, que en repetir algo que ya hiciste bien”.
Los emprendedores suelen decir que están buscando dinero, pero es necesario saber para qué lo quieren. Levantar dinero tiene consigo responsabilidades y obligaciones de las que, a veces, es mejor prescindir. Por eso es necesario que el emprendedor esté convencido de para qué quiere el capital de riesgo.
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Cuando hablamos de las crisis que ha tenido en su vida como inversionista, Cristobal nos contó que hace poco una de sus empresas tuvo que cerrar… No importa cuánto te dediques a un negocio, si los márgenes son estrechos, esos son y no se pueden discutir con la realidad.
“Si tu negocio depende de que la realidad cambie, vas a fracasar”.
En Latinoamérica, en los países en donde la situación es más favorable en temas de trabajo, como México, Chile o Colombia muchas personas se lanzan a emprender por una cuestión de glamour. No es así en Argentina, donde sí existe la cultura de emprendimiento, un poco por su realidad histórica.
«Los que se arriesgan, suelen hacerlo porque quieren cambiar sus vidas«.
Una manera de saber el potencial de una empresa, es la capacidad que tienen los fundadores de atraer talento y eso se ve en el equipo que arman. Hay emprendedores excepcionales, con todas las credenciales: analíticos, estratégicos, con capacidad de negociación pero que a la hora de construir un equipo les cuesta aceptar que hay gente tan buena como ellos y convencerlos de unirse. No es el caso de alguien como Marcos Galperin, que es un tipo fuera de serie y además tiene también un equipo fuera de serie, la clave de Mercado Libre.
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El emprendimiento necesita esa pasión. No es una receta a seguir donde el siguiente paso es “levantar capital”. Quizás no lo necesitas o quizás lo que necesitas es levantar el capital correcto. No todos los emprendedores se dan cuenta que cada inversionista tiene su «sabor», algunos se interesan más en los números, otros más en las soluciones y otros más en las necesidades puntuales del emprendedor en el momento.
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Todos esos son datos importantes. Por eso es esencial hablar con otros fundadores con los que el fondo haya invertido y con los que no también.
Me da mucho gusto que emprendedores en los que no invertimos hablen bien de nosotros.
Cuando el emprendedor recibe una respuesta negativa, se le dan las razones y aunque no es la respuesta que quiere, es la que necesita. Es frecuente que, tiempo después, esos mismos empresarios nos agradezcan porque con ese feedback que recibieron hicieron cambios que terminaron en logros.
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