Bastantes aspectos tienen con qué lidiar las startups desde su creación (idea, producto, mercado, equipo, crecimiento, clientes, etc.) como para que también tengan que ocuparse de los problemas que pueden surgir en la relación con una incubadora o aceleradora. ¡Qué dolor de cabeza!
El caso que traemos es bastante curioso pues tiene que ver con IncubaUC, la mejor incubadora universitaria de Latinoamérica -sexta en el mundo-, según el Top 25 global de UBI Index.
Desde PulsoSocial hemos conocido algunos casos de startups que han tenido diversos problemas con esta incubadora asociada a la Pontificia Universidad Católica de Santiago.
Los inconvenientes están relacionados principalmente con la demora o no entrega de recursos prometidos por el programa y de reembolsos; mal manejo de contratos; comunicación poco fluida y tiempos de respuesta lentos por parte de la incubadora.
Fundacity hace las maletas y se va de Chile
La mayor consecuencia de los problemas que tuvo Fundacity, que conecta a startups e inversionistas de 124 países, es que tuvo que salir de Chile. Miklos Grof, cofundador y CEO de origen húngaro, llegó al país atraído por el apoyo -reconocido en Latam- que allí se le da a las startups, tanto nacionales como extranjeras.
“Cuando ganamos lo de IncubaUC pensamos que era una oportunidad de crecer pero nos dimos cuenta de que no, y que fue al revés”, dice Grof en charla con PulsoSocial.
El 31 de julio de 2014, Diego Izquierdo, cofundador de Fundacity, le escribió en un correo electrónico a Maricarmen Torres de la gerencia de emprendimiento de Corfo -institución que le da recursos a IncubaUC para las startups-: “Hace una semana nos contactó por skype Marcelo Diaz, gerente de la incubadora para decirnos que CORFO congeló los SAFF y no nos quieren pagar, algo que me parece muy sospechoso, por la manera en que se comunica esto, sin un informe oficial o un algún papel notarial o simplemente alguna firma, sino que por Skype”.
A lo que Torres le respondió: “Nosotros no hemos congelado los SSAF, los fondos siguen operando, ahora el fondo actual con el cual tú fuiste beneficiado en nómina, está en su proceso de cierre, y la incubadora no puede esgrimir ese tipo de razones para congelar o paralizar la ejecución de tu proyecto; cuando esto sucede, es por razones técnicas, de incumplimiento, de que no se logren las metas planteadas, o en la ejecución de actividades”.
Tanto Grof como Izquierdo han dejado en claro que han cumplido con las metas e incluso con creces: “Aprobamos todos los hitos y cumplimos con todos los criterios de todas las actividades. En una charla con Marcelo -hasta este mes manager de IncubaUC, según su perfil en LinkedIn- se puede confirmar esta declaración cómo él dice claramente que quiere enviarnos el dinero”.
En una línea de tiempo que Fundacity envió a PulsoSocial con todos los pormenores del caso con IncubaUC, la conclusión es que “ganamos US$120k en financiamiento de CORFO, pero nunca recibimos la mayor parte. Nuestra empresa fue llevada a la quiebra dos veces”. Mientras que a la startup le tocó buscar fondos en otros lados e incluso acudir al apoyo familiar, hasta el día de hoy dicen haber recibido en total solo US$30k.
Afortunadamente Fundacity salió a flote y se fue a Brasil donde han tenido “experiencias completamente diferentes” con la aceleradora Seed. Dicen que han tenido 100% de gastos aceptados y todo pagado 30 días después de incurrir en el gasto.
La respuesta de IncubaUC
Le consultamos a José Luis Valenzuela, Coordinador de Emprendimiento de IncubaUC, por los problemas que alega Fundacity y aunque no fue posible coordinar una entrevista esto respondió vía correo electrónico: “Los emprendimientos apoyados por IncubaUC tienen hitos definidos, que son métricas en ventas e inversión. Dado lo anterior, la no entrega de recursos se relaciona a que no han cumplido hitos críticos”, y agrega que “en (sobre) Fundacity, no tenemos información respecto a la quiebra”.
El CEO de Fundacity nos cuenta que en una comunicación con el manager de IncubaUC este deja ver que la startup no ha incumplido con nada: «Se supone que debo darle alrededor de US$70k más y Corfo está rechazando ese pago», y «Si usted ha hecho algo equivocado hubiera sido como está bien, no hay problema, pero ese no es el caso».
Y bueno, no estamos hablando solo de Fundacity, pero dejemos que eso lo confirme Maricarmen Torres de Corfo:
“Ante algunos reclamos en contra de IncubaUC, específicamente por emprendimientos que han sido apoyados por los fondos SSAF, la Gerencia de Emprendimiento de Corfo sostuvo reuniones con la incubadora de negocios y Dictuc para buscar una rápida solución a estos inconvenientes”.
FirstJob y una experiencia para no querer seguir adelante
En el caso de esta startup que funciona como marketplace de estudiantes y recién graduados que están en búsqueda de su práctica profesional o primer empleo en Latinoamérica, los inconvenientes tienen que ver con reembolsos e información confusa.
“En nuestro caso, logramos las metas pero a la fecha no hemos postulado -a la fase 2 del fondo de Corfo-, en primer instancia por tiempos de la incubadora y en segunda por decisión de no querer tener relación con ellos”, dice Mario Mora, fundador y CEO de FirstJob, quien explica que esto se debe a varios motivos.
Tuvieron una demora de seis meses en cerrar la contabilidad (gastos de un viaje a Silicon Valley) para poder presentarla a Corfo y cerrar la fase 1. “Fue un gran problema, pues no nos querían reconocer gastos que se hicieron de cenas en grupos en donde los mismos coordinadores de la incubadora inducían a la participación y a la futura contabilización. No se nos querían aceptar los gastos en dinero efectivo, considerando que antes del viaje se nos explicó que sí se podía hacer”.
Aunque dicha situación se logró resolver “tras largos disgustos”, Mora también hace referencia al mal manejo de contratos. “Solo firmé un papel para postular a fase 1. Posterior a eso, este papel fue anexado a un contrato, lo que es bastante extraño”, dice y explica que “estos contratos consideran un fee de un 7% para la incubadora, en la cual, los libra de toda responsabilidad y obligación”.
Para José Luis Valenzuela de IncubaUC, “los términos y condiciones se encuentran claramente definidos en un contrato que han firmado los emprendedores en la primera etapa”. Sin embargo, y ante los testimonios de las dos startups de las que hemos hablado aquí, hay un sinnúmero de cosas extrañas por parte de la incubadora en cuanto a la relación con ellas.
Por último, Valenzuela deja en claro que “el rol de IncubaUC no es presentar problemas, sino más bien apoyar y brindar apoyo en asesoría en validación de modelos de negocios, productos, marketing, escalamiento, entrega de recursos públicos sujeto a resultados comerciales e introducción a inversionistas privados”. Por supuesto que ese no puede ser el rol de ninguna incubadora pero eso no quiere decir que no se pueda incurrir en prácticas que afecten a sus clientes -las startups-.
Fundacity, a diferencia de otras startups afectadas, decidió alzar la voz pues consideran, en su caso, que el dinero ya está perdido. Sin embargo, otras startups no se atreven a hablar porque tienen la esperanza de recibir los recursos que les permitan seguir a flote.
Como dice Grof, “cuando los emprendedores van a una aceleradora no la estudian”. Y este par de ejemplos pareciera que son la punta del iceberg y una enseñanza para que el emprendedor no se deje vislumbrar por la promesa de un viaje a Silicon Valley o un montón de dinero. Es necesario que los emprendedores conozcan a fondo con quién se están metiendo y si esa institución los va a ayudar a crecer realmente o no.