Si miras la hoja de vida de Ariel Muslera te econtrarás con más de diez años en experiencia en el ecosistema emprendedor, la industria del capital de riesgo y la mentoria de emprendedores.
Hoy, decidido a tomar un poco de distancia de algunos proyectos profesionales, Muslera está enfocado en capacitarse para encontrar la mejor manera de convertirse en un mejor inversor y mentor de emprendedores.
Además de su rol de Regional Advisor para la Latin American Venture Capital Association, se encuentra en éste momento asistiendo al Kauffman Fellow Program, un programa de larga trayectoria y prestigio para los inversores. En sus dos años de duración, el programa tiene el objetivo de generar un network global de inversores (“Smart money collectors” es su lema) que tengan criterios similares a la hora de invertir. “Hay siete encuentros físicos (la mayoría en Palo Alto) y cada uno de esos módulos tratan desde skills fuertes (term sheet, negociación, etc) a otros soft, que tienen más que ver con la persona, con tu aporte humano. En los encuentros hay paneles con expertos de Silicon Valley pero también de otras partes del mundo” comenta.
En su camada –que tiene aproximadamente un 15% de asistentes latinoamericanos- Muslera comenta que distingue muchos puntos en común con inversores de otros mercados emergentes, por ejemplo Indonesia, Singapur, Turquía. “Todos en la periferia del venture capital compartimos muchos de los mismos problemas relacionados con acceso a capital y también encontrar emprendedores que tengan la ambición de crear productos regionales o globales, que se nos hace difícil” comenta a PulsoSocial. En un presente con foco en capacitarse para poder brindar los mejores consejos a emprendedores latinoamericanos, conversó de su visión sobre qué les falta a los emprendedores regionales para llegar más alto.
Clarisa Herrera Tienes un lugar privilegiado como para evaluar la situación del venture capital en la región ¿cuál es tu perspectiva?
Ariel Muslera Lo veo como un problema tanto de la oferta como de la demanda. Del lado de la oferta es necesario reglas claras y de largo plazo por ejemplo en el caso de Argentina. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está con iniciativas relativas a acelerar el ecosistema, pero falta el marco regulatorio más previsible, una empresa de vc necesita un horizonte de unos diez años. Sí hay otros fondos que están operando desde mercados más estables y ven proyectos de Argentina pero seguramente parte de las condiciones que ponen para invertir es que esos proyectos tengan como mínimo una pata fuera de Argentina, quizás la parte legal. Hasta que no haya una ley que regule los fondos va a ser muy difícil que vaya a haber una masa crítica de fondos con sede en Argentina.
Hablas también de la demanda ¿a qué te refieres?
Del lado de la demanda es que veo que hay un gap muy grande en cuanto al tipo de proyectos y la manera en cuanto se encaran esos proyectos en la región. La cuestión se vincula a un concepto en el que estoy trabajando que es que en general los proyectos que se arman desde la región piensan más en features que en experiencias. Si le preguntas a un emprendedor de qué se trata su empresa te empieza a listar una serie de funcionalidades de sus productos y no piensan cuál es el problema que le solucionan a sus clientes. Eso tiene un impacto enorme en la visión del negocio y las chances de obtener inversión. Cuando ves las empresas que hay en Silicon Valley y las que hay en América Latina en muchos casos a nivel funcionalidad no son muy distintas, hay muchas que replican funcionalidades sin agregar valor.
¿Te parece que hay exceso de copycat?
El modelo de copycat puede funcionar, hay casos exitosos desde ya pero la sensación es que hay mucha gente que piensa que hacer un copycat es entrar en la página web del original y copiarlo lo mejor posible desde la funcionalidad, no se ponen a pensar en la experiencia del usuario. Es como tratar de copiar a Zara mirando lo que tiene en la vidriera.
¿Crees que es por un exceso de visión técnica o falta de visión comercial?
Un poco de las dos cosas. Definitivamente se le da mucha importancia a lo técnico y no me parece mal pero la realidad es que lo técnico hoy es un commodity. Cuando hablo con inversores en Silicon Valley que invirtieron en compañías como Uber y varias a ese nivel me cuentan que el 70% de su tiempo consiste en ayudar a reclutar empleados para sus compañías, como el Head de RR.HH. Si hay algo que no negocian es seleccionar talento mediocre. Acá siento que no hacemos lo mismo, hacemos recruting tratando de encontrar lo mejor que hay disponible, allá si no encuentran a la persona adecuada no contratan. Parte de lo que estoy haciendo en éste momento es pensar de qué manera se puede ayudar a los emprendedores de Latam en cambiar ese mindset y moverse de lo featured based a lo experienced based y cómo impacta eso en el diseño de producto, en el reclutamiento de personal, inclusive en el modelo de negocios.
Dado que importamos tantas ideas exitosas ¿no crees que hay nichos propios sobre los cuales los emprendedores latinoamericanos no están mirando?
Sí. Más de coyuntura local. En Latam en los últimos cinco años hubo un crecimiento explosivo de la clase media y lo primero que hacen esas personas es invertir en salud y educación, dos verticales que tienen posibilidades gigantes. Hay que aprovechar la ventaja que no se da en otros países donde hay toda una infraestructura física desarrollada que en Latam -como venimos- retrasados no se hizo. Poder saltar de la nada a lo mobile es mucho más fácil que saltar de una red de espacio físicos por ejemplo a lo mobile porque tienes mas costos. Si nos hemos salteado la etapa del consumidor basado en PC, eso puede servir para experiencias de usuario que salten directo a mobile para educación, salud, retail. Desde ya son sistemas de mucha complejidad, pero nuevamente la experiencia de usuario es fundamental, no hay que basarse en la funcionalidad sino en la forma de solucionar el problema.