Durante lo que ha ido del año y también durante el 2012 mucho se ha hablado en cuánto a las cifras que movió el crowdfunding y cómo ha dinamizado en gran medida la economía digital.
Sin embargo hay otra gran transformación que conllevan éste tipo de plataformas y tiene que ver con un cambio entra la manera histórica que oferta y demanda se relacionan en el mercado.
Según la publicación Trendwatching, Pretail es una nueva forma de consumo que emerge entre las personas gracias a las plataformas de crowdfounding y que las convierte, aunque en otra escala, en los nuevos shopping malls.
¿Por qué? Básicamente porque allí los consumidores demandan los más innovadores, únicos y especiales productos de la mano de cientos de emprendedores y startups que ofrecen su oferta.
El premio es la razón de existir de ese producto: a más popular, más posibilidades de tener buena acogida en el mercado y un riesgo minimizado. Ese es el gran aporte del crowdfounding, una muestra del comportamiento de los consumidores, un acercamiento a lo que las personas quieren.
Perfecto equilibrio entre oferta y demanda
Las plataformas de crowdfounding han logrado que se geste lo que Trendwatching refiere como “cerebro global”, un colectivo que en éste caso cambia las reglas de juego del mercado: creatividad, entrepreneurship y demanda conviven en el mismo lugar.
Aquí no hay límites de entrada: a éste mercado se puede acceder tan solo con tener una buena idea y el límite es la apropia imaginación, tanto del ofertante como de quien demanda, que también puede sugerir cómo modificar ese producto o mejorarlo para sea comercializado.
Este tipo de interacción entre la oferta y la demanda era inexistente para el mercado de consumo tradicional (offline), los testeos previos o las investigaciones de mercado no alcanzaban a dar cuenta de la realidad de la demanda de las personas, sin embargo, hoy esta realidad cambia.
Trendwatching señala como cercana la posibilidad de que no sólo se hable/mejore/sugiera sobre la oferta sino también que el consumidor exija directamente lo quiere ver en el mercado. Nuevamente, esto es inédito. Ya ni siquiera se tratará de emprendedores, sino de personas que demanden de la oferta exactamente lo que quieren y que la oferta (emprendedores, startups) se hagan eco de eso. El círculo virtuoso entre estas dos dimensiones del consumo, se hace de esta forma, infinito.
El otro eje que hace posible estas nuevas reglas de juego es la transparencia: la maduración de los consumidores en relación a Internet y la transparencia que genera hace que sepan perfectamente que pueden confiar en que invierten dinero en alguien que sí saldrá al mercado con el producto que prometió.
SI no lo hiciera, la era de la transparencia “hiere de muerte” al que trasgrede las normas (es muy fácil hoy hacer correr la voz de quienes hacen mal o bien las cosas en una comunidad) y de seguro, encontrarán a otro emprendedor que pueda hacer realidad un producto que ya tiene demanda asegurada (y que es el sueño de todo quien sale con un producto al mercado)
Del offline al online
Quizás para cerrar el círculo perfecto de esta nueva dimensión del consumo, se produce el enlace entre los productos que tuvieron éxito en plataformas de crowdfounding y su efectiva comercialización.
En general, las plataformas de crowdfounding sólo ofrecen el testeo, pero no la comercialización de los productos, que en la mayoría de los casos tienen que ocurrir afuera.
Sitios como Christie Street y Crowd Supply son una vidriera para vender los productos exitosos aún sin ya fueron fondeados. Y por otro lado, las tiendan físicas ya los están acogiendo y a una escala global. Dim Sum Warriors por ejemplo, el comic book lanzado por Kickstarter, ya está disponible en tiendas de Singapur.