Uno de los mayores legados de la cultura de Internet es el retorno a la confianza y a la colaboración entre los seres humanos. Prueba de ello son sitios que tomaron tanta fuerza en el mundo como Coachsurfinfg y Kickstarter que con el énfasis puesto en la colaboración nos han devuelto al ideal de la vida en comunidad, a la confianza y han hecho un llamado a ayudarnos los unos a los otros.
Dentro de este espíritu de colaboración de la Web 2.0 nacen el Crowdsourcing y el Crowdfunding, metodologías de colaboración abiertas que persiguen la realización de proyectos impulsados por el deseo de reconocimiento de los seres humanos y por la satisfacción de resolver problemas, compartir y regalar soluciones al mundo.
Mañana, a la segunda edición de Founder Friday en Bogotá, asistirá Jennifer Pineda, una experta colombiana en estas dos metodologías, quien participó como Co-lider en el diseño, puesta en marcha y operación de TecnoParque Colombia del SENA y quien ha sido gestora y organizadora del Startup Weekend. Jennifer ha compartido algo de su conocimiento sobre el tema en esta entrevista:
AR: ¿Cómo ha avanzado hasta ahora el Crowdsourcing en la región?
JP: En los proyectos que apelan al CS en Colombia y Latinoamérica hay varios inconvenientes. Uno de ellos es que se ha dejado demasiado abierta la cooperación y las organizaciones y entidades que postulan los retos y necesidades no orientan suficientemente a los colaboradores que quieren prestar su apoyo. Orientar, en este contexto, significa aportar a los colaboradores el conocimiento de experiencias pasadas de la organización.
Dado que es posible que aparezca muchísima gente que quiera participar en la solución de un determinado problema, es necesario delimitar un poco y saber a quienes específicamente se abre la colaboración. Con el tiempo se ha llegado a entender que hacer CS es como abrir una pregunta al escrutinio de la gente en un FB, un lugar en el que todos pueden opinar. Esto genera problemas porque el volumen de información puede ser difícil de procesar y porque con tantas opiniones se pierde el rumbo de lo que se quiere lograr.
Otro de los grandes inconvenientes es que las empresas son bastante temerosas de abrir sus puertas, hay una cultura que hace creer a la gente que los proyectos son suyos y solo suyos, que son ideas muy originales y que no deben darse a conocer a nadie.
Para desarrollar esta metodología hay muchas herramientas creadas, pero lo más importante es saber a quien dirigirlo. El CS es una herramienta de mucho valor. Cuando estaba como gerente de TecnoParque me decían que cómo era capaz de crear tantas estrategias diferentes. Mi respuesta era que la solución no era mía, sino que era una solución a partir de un trabajo en equipo, a través del cual podíamos llegar a aportar muchas soluciones innovadoras y creativas.
AR: ¿Y cómo ha sido la experiencia con el Crowdfunding para Latinoamérica?
JP: En CF hay varios modelos y metodologías. El que se popularizó más en todo el mundo es el de Kickstarter, el enfoque de la donación. Este es uno de los modelos, pero no el único. Muchas empresas desarrollan estrategias de CF con lineamientos de responsabilidad social o comunitaria a través de temas humanitarios. Otros modelos en los que la gente que participe pueda tener una ganancia que no sea necesariamente un regalo o una donación.
En Colombia, al menos para este tema del CF , hay un gran limitante y es el tema regulatorio, pues las leyes para estas clases de sistemas de financiación se endurecieron mucho debido a los problemas generados por DMG, una entidad que funcionaba como una pirámide de dinero. Entonces uno de los grandes desafíos es encontrar el camino para hacerlo viable y legal en el país, sin trabas para quienes quieran llegar con ese modelo y para que todos los que participen puedan ser parte del proyecto, no como simples donantes. Algo como lo que hace Ecopetrol cuando abre sus acciones a muchas personas, los hace dolientes de la empresa, los hace sentirse parte de eso. Es muy importante llevar el CS a otros niveles diferentes a los de donación, por ejemplo el modelo de la inversión.
AR: ¿Cuáles son las principales barreras para el avance del CF en Latinoamérica?
JP: La gran barrera sin duda es la de pagos electrónicos. Esto hay que buscar superarlo muy prontamente. Hay contadas pasarelas de pago y de e-commerce. En LatAm apenas tenemos el 2% del e-commerce mundial, pero como es un mercado creciente y en expansión lo que creemos es que esto empezará a solucionarse pronto. Están llegando nuevos proyectos y empresas extranjeras que buscan posicionarse acá. La otra gran barrera es cultural.
AR: ¿Cuáles son las industrias que pueden tener más éxito en la financiación a través del CF?
JP: Sin duda las culturales y creativas tanto a nivel tecnológico como no tecnológico, porque son los sectores que más mueven las emociones de la gente. En el CF se trata de convencer a la gente a través de la emoción.
AR: ¿Qué hace falta para que se consolide el mercado del CF y el CS en LatAm?
JP: Se necesita un ecosistema un poco más fuerte, aunque ya hay avances notables. Los emprendedores latinoamericanos hemos desarrollado una mentalidad diferente, ya no nos da pena hacer pitch, tenemos menos miedo miedo a acceder a financiación. Esto tiene que articularse cada vez más con la seguridad de que invertir y financiar proyectos es un riesgo que vale la pena. Adicionalmente tiene que llegar un momento en el que el desarrollo de estas plataformas, soluciones y herramientas lleven a un cambio de la legislación , finalmente toda la legislación se puede mover a través de soluciones. Debe existir conciencia de las personas y confianza para realizar los pagos.
AR: ¿Que encontrarán quienes asistan mañana a Founder Friday?
JP: Lo que me encanta de la idea de asistir a FF y de estas actividades en Colombia es que se está moviendo un ecosistema de emprendedores para emprendedores. La excusa es llevar a personas para que cuenten sus historias pero el verdadero objetivo es la generación de contactos efectivos. Que la participación cobre valor y que no se quede en el simple intercambio de tarjetas. Yo soy una excusa en realidad, los host somos excusa para que la gente vaya. Queremos contar nuestra historia, contar que es posible asumir retos y hacer cosas grandes. Conocer gente en diferentes escenarios y capitalizar el conocimiento. Esa es mi intención al asistir al FF, así como lograr que las mujeres se involucren más en este ecosistema de emprendimiento y tecnología.
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