Colombia. Hace ya casi dos semanas que el Senador de la República Eduardo Merlano empezó a andar en boca de todos en el país. Los medios y las redes sociales han seguido el caso atentamente y que va más o menos así:
El senador fue detenido por policías de tránsito en un retén de rutina en la madrugada del 11 de mayo. Se le pidió realizar la prueba de alcoholemia rutinaria y él se negó, bajo el argumento de ser un Senador de la República y de haber obtenido 50 mil votos al ser elegido. El momento fue registrado y es así como puede verse en YouTube. El agravante de la situación es que el senador tampoco portaba su licencia de conducir y de acuerdo con información proporcionada por los medios de comunicación la habría obtenido «en tiempo récord» días después del incidente.
[youtube]http://youtu.be/FYUwuPvsMM4[/youtube]
A partir del 21 de mayo una inciativa anónima promovió la cuenta @renunciesenador, cuyo objetivo era alcanzar 50 mil seguidores (misma cantidad de votos que el senador argumentaba como respaldo de su negativa a realizarse la prueba de alcoholemia) como forma de presionar la renuncia del Senador Merlano por sus presuntos actos reprochables. Desde el 21 de mayo la cuenta creció de cero a 83 mil seguidores al día de hoy .
El caso ha recibido una enorme cantidad de menciones desde entonces, llegando a un tope de casi 8 mil menciones el 22 de mayo a las 5:20 pm como lo muestran las estadísticas proporcionadas por Topsy.
Batería de preguntas
1.- ¿ Protesta ciudadana o show mediático?
2.-¿Es esto análogo a una protesta ciudadana y puede y debe tener algún efecto sobre el estado de cosas en la sociedad?
3.-¿Son las menciones parecidas a «gritos» de la gente o son simplemente ecos que se repiten y que a la larga se pierden en la rapidez con que suceden los eventos en Twitter?
4.-¿Son estos los medios adecuados y validados para ejercer control social? ¿puede un trending topic constituirse en medio para impartir justicia?
En el 2011, durante las protestas en Egipto se habló mucho sobre el poder de las redes sociales como elemento aglutinador y catalizador en los hechos que tuvieron lugar. La denominada primavera árabe desató un cierto nivel de romanticismo alrededor de la tecnología y el poder de las redes sociales en las revoluciones de la era digital. Sin embargo, y ajustándonos a la realidad en Egipto ¿ha cesado la violencia? ¿es la democracia de Egipto, la misma que el pueblo egipcio tuiteaba?
Regresando a Colombia, a pesar de que algunas veces ha sido posible convocar o llamar la atención sobre algunos asuntos a través de las redes sociales el asunto nunca parece «cuajar» o tener un impacto real sobre el statu quo. Quizás el único precedente realmente notable es la marcha de Un Millón de Voces contra las Farc, que tuvo un impacto en el país ( y en otras ciudades del mundo) y que convocó a más de doce millones de colombianos a marchar como forma de manifestar rechazo al grupo insurgente. Desde entonces el sueño de todos los ciberactivistas parece ser lograr un impacto parecido al de esta convocatoria que tuvo lugar en su momento principalmente a través de Facebook.
¿Cómo leer en este contexto los frecuentes ataques de indignación y protesta desde twitter ? En mi opinión las redes sociales no logran nada por sí solas, más que la visibilización de algún problema o proceso previamente llevado a cabo. La tuitósfera es mucho menos relevante cuando lo que pretenden condenar no surge de la verdadera convicción y alineamiento con una causa sino con el simple deseo de obtener atención o resonancia mediática. Tal y como afirma Alberto Olmos en su reciente publicación Ejército Enemigo : Ahí está la putada. Ya no se hacen las cosas para que cambie la realidad, sino para que se sepa que se hacen cosas.
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