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Start-Up Chile : ¿qué dice la gente?

Nunca he estado en Chile, y siendo honesta, lo que conozco de su ámbito de emprendimiento es relativamente nuevo; lo que he conocido a través de sitios, en pláticas con emprendedores y amigos, o con mis compañeros de PulsoSocial, me ha ayudado a darme una idea de lo que en este momento ocurre, sumado a lo que ya conocía de su cultura y algo de Start-Up Chile.

Los comentarios que han circulado en Internet estos últimos días, no han dejado del todo bien parado al programa Start-Up Chile, han planteado más de una inquietud y  muchas opiniones en blogs y redes sociales, sobre las condiciones del ecosistema para emprendedores tecnológicos en Chile.

Es importante que los entrepreneurs latinoamericanos realicemos esta labor de escucha y consulta alrededor del tema, pues de su experiencia aprendemos todos, así como valorar de forma ecuánime los indiscutibles pasos -importantes- que se han dado y hacia allá apunta este artículo.

Respecto a lo que surge en las redes, aparecen ante mi estos planteamientos:

1.¿Qué experiencias han tenido los emprendedores que han participado en Start-Up Chile?

2.¿Cuáles son las problemáticas/críticas que se plantean en la web sobre Start-Up Chile?

3.¿Puede ser que existan grandes diferencias en el trato que se les brinda a los grupos de emprendedores que llegan a aquel país bajo el mismo programa?

¿Qué es Start-Up Chile?, es un programa de apoyo a emprendedores que surge en el 2010, y que se realiza con el completo apoyo de el gobierno de ese país y ejecutado por una agencia (también gubernamental) llamada CORFO, Corporación de Fomento a la Producción a través de Innova Chile, una de sus direcciones.

El programa funciona así: los emprendedores aplican al programa, después pasan por un proceso de selección -en el que participan personas de Silicon Valley y la mesa directiva de Innovación de Chile-, y al ser aceptados, llegan por 6 meses a aquel país sudamericano, para que con los apoyos ofrecidos, desarrollen o mejoren sus productos y/o servicios.

Lo que el programa da a los emprendedores, de acuerdo al sitio oficial de Start-Up Chile es:

  • USD $40,000 capital semilla libre (sin participación en la empresa)
  • Visa temporal por 1 año para desarrollar su startup en Chile por 6 meses (que dura el programa)
  • Mentoría y acceso a las redes de capital y sociales más poderosos del país
  • Espacio de trabajo con acceso a Internet

Se puede decir que esto es el sueño de cualquier emprendedor: recursos ($40,000 dólares no son poco), espacio y contactos para sacar adelante tu emprendimiento, con la experiencia de vivir en otro país y conociendo más personas como tu. Pero conforme pasa el tiempo, y a la gente se le da la oportunidad de probar un producto -en este caso el programa de Start-Up Chile- es normal que surjan los comentarios, positivos y negativos.

Lo primero que atrajo mi atención hacia el tema Chile –aún no a Start-Up Chile, fue un post relacionado con un inversor que decidía abandonar el país porque en 6 meses no encontró el ecosistema adecuado para desarrollar su empresa de inversión en startups, de esto ya hace algunas semanas.

Mi opinión al respecto, es que los fracasos -o los cambios- se dan todos los días, en todas partes del mundo, pero es interesante conocer los motivos cuando detrás de decisiones que meses antes prometían ofrecer mucho, al final acabaron en nada; pero a partir de esa nota, la cadena de información se suscitó apenas hace unos días; una nota titulada ‘Emprendedor de Start-Up Chile responde a partida de inversor’, habla de forma breve del tema Start-Up Chile.

Rich Yang -participante de esta iniciativa y autor de la nota mencionada anteriormente – señala que si bien es cierto que en el país hay un monopolio de capital y es necesario hacer un cambio cultural, programas como Start-Up Chile están abriendo puertas al ecosistema de emprendimiento.

Hay 110 equipos en mi ronda de Start-Up Chile, y más de 100 en las Rondas 2 y 3 para el año 2012. Se trata de la realización de un cambio cultural apoyado por el gobierno chileno.

Primer planteamiento resuelto, ya conocía la experiencia de un participante. Las opiniones que se redactaron en este artículo me llevaron al segundo planteamiento sobre si hay algo de lo que no nos estemos enterando. Y como en la mayoría de los casos siempre hay distintas versiones, ahora el siguiente escenario que me tocaba visitar fue un blog que pertenece a otro participante de este mismo programa de emprendimiento. Herval Freire escribe un post titulado ‘On (Startup) Chile’  y en el que realmente se habla exclusivamente de Start-Up Chile, describiendo su experiencia personal; este fragmento llamó mi atención:

El gran, gran problema aquí [Start-Up Chile],es la afirmación de que te van a lanzar 40 mil dólares en el regazo para desarrollar tu proyecto. Verán, el «reembolso» – el núcleo de la estrategia de «la zanahoria en el palo» de Start-Up Chile – es un proceso largo, cansado y especialmente ideado por algún demonio de los altos rangos del infierno.

Fuertes declaraciones, pero dicen que cada quien cuenta como le va en la vida; los comentarios no se hicieron esperar y la discusión se movió nuevamente, pero ahora a Hacker News. Con el artículo redactado por Freire me quedaba un poco más claro el punto de vista de otro participante, un lado menos amable que los dos o tres comentarios hechos por Rich Yang; y también respondía -de forma parcial- el segundo planteamiento,: ¿Hay algo de lo que no nos estamos enterando quienes NO hemos sido o NO somos parte de Start-Up Chile?.

El tercer planteamiento: ¿Puede ser que existan grandes diferencias en el trato que se les brinda a los grupos de emprendedores que llegan a aquel país bajo el mismo programa?, surge al Freire hacer el comentario de que las reglas parecían no aplicarse a todos de forma igual, ya que a algunos si les reembolsaron gastos que a otras personas no, además del tiempo que tomaba realizar el trámite de los reembolsos.

Y la primer respuesta a esto, vino de un compañero de Start-Up Chile de Freire, Jordan Sitkin -cofundador de Decurate– y quien dice:

Siento mucho saber que tuviste una mala experiencia con Start-Up Chile. Yo sólo quería decir aquí, para todas las personas que están pensando en aplicar, que nosotros tuvimos una experiencia completamente diferente con nuestros reembolsos. Era tedioso por cierto, pero que terminó siendo el 100% (90% en realidad, según el contrato) de lo que hemos gastado.

Dentro de las 46 preguntas frecuentes y Términos y Condiciones -ambos únicamente disponibles en inglés- en el sitio
oficial de Start-Up Chile, se explica sobre los reembolsos, que de cualquier manera, no es lo que uno capta en primera instancia. Pero si es de llamar la atención que ahora en la discusión no se hablaba solamente del funcionamiento del programa, es decir, el desarrollo de startups y el ecosistema, sino de la excesiva burocracia que supone para los emprendedores estar dentro de Start-Up Chile.

Hay quienes aducen esto a una cultura de desconfianza, y en realidad no se critica lo que el gobierno busca con este programa, -hay que reconocer que por algo se empieza-, sino lo que no han querido aprender que se hace en lugares como Silicon Valley, de donde son algunos de los encargados de seleccionar startups para este programa, aunque la decisión sobre las reglas del juego, las tiene al final el gobierno chileno.

Todo al parecer se reduce a que Latinoamérica aún tiene un grave problema con los trámites y aunado a que se piensa que arriesgar el dinero al estilo Silicon Valley ya sea en modo de Venture Capital o inversionistas ángeles– puede no ser aún para nosotros. Otro de los conflictos que fueron comentados por varios usuarios es que al parecer quienes están detrás de este programa no son personas con un perfil de emprendimiento, y que el dinero al ser entregado por el gobierno, sólo se da a CORFO e InnovaChile para su manejo, pero que quizás hace que el programa carezca de una perspectiva -en cuanto a los trámites- que tendría, si un ente privado fuera: 1)el dueño del dinero y 2)otorgara el dinero de forma libre a los emprendedores.

Es decir, la idea y el concepto son buenos -como señala un comentario de ese post-, pero algo que en otros lugares con ecosistemas de emprendimiento ya consolidados no se hace, es mezclar al gobierno con el emprendimiento. Y no porque no haya buenas intenciones, sino porque supone un gran reto, y al parecer un tedio para los participantes, cuando los encargados de guiar estos programas son personas que provienen de ese ambiente gubernamental.

El gobierno chileno debe aprovechar la asesoría o el contacto que tiene con emprendedores e inversores de otras naciones para realizar mejoras, la iniciativa es de aplaudirse, pero no se puede tratar al emprendimiento como una oficina de gobierno -excesivos trámites o burocracia-. El intercambio de ideas es benéfico, no se trata sólo de decir: aquí hay dinero, pero estas son las reglas, se trata de aprender y entrarle a la prueba y el error, saber que invertir capital es un riesgo -el que no arriesga no gana-, pero en este caso, sigue siendo un win para el país, ya que habrá emprendedores que decidan quedarse en el país, trabajar ahí, invertir, formar familia, pagar impuestos.

Cambiar o crear un ecosistema toma, en definitiva, más de 6 meses; Start-Up Chile es una opción más, y a final de cuentas como toda opción, se puede tomar o dejar, sólo hay que tener pleno conocimiento de los (términos y condiciones) detalles, para no llevarse una gran sorpresa.

Compartir las experiencias propias (buenas o malas) y comentar al respecto, es sano para todos, en este caso para quienes están pensando en aplicar y puedan hacerse una idea de como funciona el programa o el tipo de situaciones con las que puedan encontrarse -nadie dijo que emprender fuera fácil-, y también para Start-Up Chile, porque de esta forma tienen una gran retroalimentación, que si se aprovecha, puede fortalecer algo tan importante como la escena de emprendimiento latinoamericana.

1 Comentario

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  • Es una lástima que los ciudadnos chilenos no puedan tener acceso al sitio web de start-up chile en su idioma oficial, el español, para revisar en que se está gastanto el impuesto pagado por todos los chilenos. Es una verdadera desolación, de la más puñetera debo decir, la que deja el constatar el estado mental de quienes dirigen Chile y estas iniciativa de emprendimiento. Creen que todo debe ser en inglés porque si no no es importante o nadie vendrá! No entienden que hay más de 50 países que hablan el español y en donde exiten talentos esperando financiamiento. La riqueza que píases como Chile, y todos los demás países en LatinoAmérica y LatinoEuropa es precisamente sus culturas e idiomas. Los negocios en Chile deben hacerse en Español como versión oficial, luego en inglés u otro idioma. De lo contrario la cultura morira día trás día, y Chile se llenará de gente que necesita hablar inglés para hacer negocios porque les importa un comino aprender las costumbres y localismos, y porque así pueden traer profesionales y mano de obra de páises sub-asiáticos, Israel, EEUU, Australia… todo menos loq ue tiene que ver con las culturas latinas y la manera de hacer negocios que ellos tienen. Silcon Valley es una forma de hacer negicos y de vida que es propia de la cultura anglosajona, entiéndanlo de una buena vez. Hay muchos caminos que llevan a Roma y Chile y quienes le dirigen deberían comenzar a preocuparse seriamente de sus compatriotas, su cultura y las ventajas y la proteccion que les ofrece el idioma español. Me parece inmensamente triste que en Chile se piense que quienes han ido a hacer un master a EEUU pueden regresar a Chile dictando como las cosas deben ser realizadas. Que ignorancia y falta de visión y patriotismo.