Bajo la presión de generar y distribuir información al ritmo que suceden los acontecimientos, son varios los casos en los que medios y periodistas publican información que no ha sido debidamente confirmada, como sucedió con la información relativa al atentado del 8 de enero de 2011 en Tucson Arizona. En un primer momento la representante ante el Congreso, Gabrielle Giffords, fue dada por muerta, cuando en realidad fue gravemente herida y ahora se encuentra en proceso de recuperación
Otro escenario de caos se produce cuando se publica información “posible” y de redacción poco clara, que con el paso de tiempo y reediciones de los lectores se transforma en una noticia falsa.
El año pasado, el periodista Alex Johnson de la MSNBC.com publicó el tuit:
“Large plume indicates second Icelandic volcano, Hekla, has begun erupting – watch live http://bit.ly/9iNfKE”
Lo cual desató una serie de afirmaciones que daban por hecho el desastre natural. Para Johnson la información fue tergiversada por cuanto los usuarios ignoraron el condicional ( mejor dicho especulativo) “ indicates”. La publicación obligó a trabajar el doble para aclarar el error.
¿ Qué hacer cuando ese infortunado tuit ya fue publicado?
a) Ante todo la ética.- El periodista y medio de comunicación tienen la obligación de publicar una nota aclaratoria o “ fe de errata” que explique la equivocación en un lugar visible( en diarios generalmente se reserva un espacio en la página A2 o 2) , en la Web será una post, que deberá ser retuiteado las veces necesarias y con copia a los usuarios que el medio y periodista saben compartieron la información errada original.
b) Tan descriptivos como en el original.- Se deberá contar cómo fue que la información errónea llegó a ser publicada. Esto quiere decir, que corresponde definir si hubo falta por redacción, mala constatación de fuentes, errores de traducción o utilización de recursos anacrónicos.
c) Crea un usuario o espacio para que tus lectores informen de tus errores.- El lector debe ser cuidado y respetado, un usuario que funcione como un Ombudsman o Defensor de los lectores, en el que reporten y conversen sobre aquello que ha sucedido, afianza la relación de confianza.
d) Borra o no borrar, he ahí el dilema.- Existe una discusión sobre si el tuit del error debe ser mantenido en el TL del medio o periodista. Mi opinión es que sí, debe ser borrado tras el anuncio de que el tuit será borrado para evitar posteriores rt´s que pueden suceder por parte de usuarios que no siguieron de cerca el problema y simplemente lo repiten a sus seguidores.
Eso no es poco transparente, es lo que corresponde. Así la información equivocada o falsa no está a disposición del público para que la siga distribuyendo por error.
La única información que debe quedar disponible ( en honor a la verdad), es la nota que explica el error y a la vez cita textualmente el fallo.
e) En social media , una aclaración es insuficiente.- Especialmente en Twitter, donde es común que la primera publicación errada alcance más RT´s que la original. Insiste hasta lograr el mismo impacto.
En el caso de la información periodística Web, existe el peligro adicional de que terceros lleven adelante algún tipo de sabotaje y publiquen información falsa, provocando una crisis de confianza hacia la marca. Fox News fue saboteada hace poco por piratas informáticos que publicaron desde el usuario Twitter de la compañía que el presidente Barack Obama había muerto a tiros.
Lejos de tratarse de un error periodístico, esta clase de ataques rebelan que los medios de comunicación son un atractivo blanco de grupos que quieren obtener atención. Al igual que otra noticia merece la cobertura periodística correspondiente.
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