No nos digamos mentiras. Estar conectado, enviar y recibir información al mismo tiempo que trae avances, gestación de oportunidades también incrementa la vulnerabilidad ante posibles ataques y sabotajes por parte de quienes usan inescrupulosamente los datos de millones de usuarios alrededor del mundo. Es el oscuro negocio paralelo de la sociedad de la información.
A medida que avanzan las nuevas tecnologías informáticas, nuevos delitos cibernéticos se configuran y perpetran. Ciertamente este 2008 pasará a la historia por registrar robos y sabotajes históricos en las redes y sistemas operativos de verdaderas fortalezas. Mientras el las computadoras de Barack Obama y John Mc Cain fueron saboteadas por hackers que sustrajeron de sus ordenadores importante información de cada campaña; se denuncia que el famoso virus troyano ciberladrón Sinowal ha robado datos de 510 mil cuentas y tarjetas desde el 2006 hasta la fecha.
El conteo puede seguir: al presidente Sarkozy le robaron plata de sus cuentas como lo cuenta Viabinaria, Google, Yahoo y MSN Explorer son los principales vehículos que usan los piratas para repartir virus por doquier aprovechando la popularidad de algún personaje o interés en temas específicos tal y como ha sucedido con el presidente electo de los Estados Unidos Barack Obama, o ingresan falsas barras de búsqueda en las páginas.
El daño es sutil, profundo; por lo tanto el reto de construir redes seguras de información es proporcionalmente, una tarea de todos los que encendemos un computador.
Este 30 de noviembre es el «Día de la Seguridad Informática», y no es para celebrar con una birra, sino para sentarse a trabajar entre todos: desarrolladores, compañías, empresas, programadores, juristas y educadores, por lo menos. A propósito vía Segu-info me llegaron los datos del II Congreso Mercosur de Derecho Informático, que se realizará en la ciudad de Córdoba. Allí, los expertos hablarán sobre esos nuevos delitos relacionados con las nuevas tecnologías y que no pueden ser juzgados porque no se encuentran tipificados en la ley.
Ahora veamos la parte amable o «motivadora» del problema. Si existen hackers interesados en enviar spam, virus y cuanto mal bicho se les ocurre, también se abre un interesante campo de trabajo para cientos de expertos en seguridad. La Universidad de Buenos Aires, ha aprobado el programa académico de Posgrado en seguridad informática, como lo cuenta Mariano Montañez y lo detalla muy bien el blog HellsParty Planet (¡Vaya nombre!). Una respuesta adecuada y necesaria por parte de la mejor institución educativa superior de la Argentina y catalogada como una de las más destacadas del continente.
Después de la buena noticia, viene el jalón de orejas. Para tu información el 67% de pérdida de datos confidenciales en las empresas es responsabilidad de los empleados. Muchos dirán que su computador no sirve, que «fue un virus», que no sabes qué pasa. No importa cuanto verso se gasten, resulta que olvidaron guardar los cambios antes de cerrar el programa, que usaron como cuchara al memory stick, para endulzar el café, lo que sea. Por otro lado, la información de la empresa, no es TU información y cuando la mezclas con tu correo personal, resulta que eres el responsable de la fuga de datos confidenciales. Cada pérdida representa AL MENOS, una pérdida de USD 200 para la compañía.
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